Perdidos entre las nubes

Cartago; "la ciudad de la nubes", una de las siete provincias de Costa Rica; esconde diferentes lugares dignos de visitar. Siempre se ha conocido por su hermosos paisajes y bastante abundancia de sitios turísticos para las personas que desean buscar algo más que mar y arena; entre sus lugares más famosos tenemos el Volcán Irazú y El Sanatorio Durán.

Durante la ida a la primera parada de viaje se pudo apreciar diferentes pueblos de la zona rural de Cartago y sus plantaciones, en su mayoria de papa y cebolla; se sentía el clima húmedo y frío por el cuál es conocida la provincia. El viaje es largo desde la zona metropolitana de Costa Rica; sin embargo vale la pena hacerlo.


El Volcán Irazú es el coloso más alto de nuestro país, con una altura de 3,431 metros sobre el nivel del mar. Su vegetación no es muy grande por las bajas temperaturas de la zona. Mayormente está afectado por neblina que impide la vista hacia los cinco cráteres que posee; cuando la neblina se disipa se logra ver parte de los dos océanos que rodean el país. Aunque su flora no sea muy llamativa se logra apreciar diferentes tipos de flores dentro de todo el parque junto a pocas apariciones de aves, apesar de que durante el viaje se tuvo la dicha de observar una liebre salvaje entre el follaje del parque, lastimosamente no se pudo obtener foto de esta ya que siguió su camino entre los arbustos. Este parque no es grande como el del Volcán Poás pero tiene su propia magia.






El Sanatorio de Durán es conocido por sus historias de fantasmas y apariciones, volviéndolo un centro de turismo muy famoso dentro y fuera del país. El Sanatorio, sitio creado para la trata de las personas con enfermedades, en su tiempo incurables, tales como la lepra y tuberculosis, abrió sus puertas alrededor del año 1918 por un caballero que su hija sufrió tuberculosis y como no había hospitales especializados en Latinoamérica tuvo que llevarla a Nueva York donde observo las técnicas de cuidado y quiso crear un centro de concervación en Costa Rica. Por su buena economía logró su meta, este hospital llegó a ser considerado uno de los mejores de Latinoamérica. Se divide en pabellones para hombres, mujeres, niños y personas extranjeras o de alto nivel social. Aún siendo un buen hospital cantidades exorbitantes de personas murieron a causa de estas enfermedades y el poco avance de la ciencia medica en la época. Esto dio vida a las leyendas de apariciones de fantasmas de monjas, tuberculosos y doctores andando por los pasillos y/o habitaciones. En el año 1973 cierra sus puertas ya que no había tantos enfermos de tuberculosis. Las historias de fantasmas siempre serán relacionadas ya que sus funcionarios mencionan escuchar gritos desgarradores, golpes en las paredes o pasos recorriendo las habitaciones. Al momento de ingresar al edificio principal se puede sentir una pesadez y frio no comunes, se pueden sentir la angustia de las personas que murieron ahi. Es un verdadera lástima encontrar el maltrato recibido por los visitantes que han llegado a dañar las paredes con grafitos y dibujos malintencionados. Sin importar las leyendas, el Sanatorio forma parte de la cultura costarricense y debería ser visitado por cualquier aventurero en busca de algo nuevo y diferente.



Sanatorio 




fotos del volcan:


borde de uno de los crateres












 Fotos del Sanatorio:



Pasillo al lado del pabellon de niños

atico de las habitaciones de las enfermeras

Escaleras hacia el pabellon de hombres

sala de cine


sala de cine

sotano

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